Esta eyección, que es la primera del año, proviene de la enorme mancha solar AR 1944 (que se ve en la imagen, la más grande del centro) una de las mayores de la última década. Para hacerse una idea, mide 200.000 km de longitud y sólo su núcleo sería capaz de tragarse tres planetas como la Tierra. AR 1944 el pasado lunes lanzó una potente llamarada de tipo X 1.2, de las más poderosas según la escala en la que se dividen. Antes, la mancha, una región más fría y con gran actividad magnética sobre la superficie del Sol, había producido una serie de tormentas solares de nivel medio, de ahí que los científicos de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) de EE.UU. llevaran semanas pendientes de su tamaño y dirección, que en el momento de la eyección apuntaba directamente hacia nuestro planeta.
Según las previsiones, el impacto de la CME se producirá en las próximas horas. La NASA ha informado que la tormenta solar no representa una amenaza para los astronautas que viven actualmente en la ISS, por lo que la tripulación no tendrá que tomar ninguna medida para guarecerse de la radiación. Sin embargo, la agencia espacial ha preferido no enviar la nave de carga con destino a la módulo espacial. «La actividad de flujo solar que se produjo el martes llevó a un aumento del nivel de radiación más allá de lo que el equipo de ingeniería de Antares (el cohete que porta la nave) había previsto», ha señalado en un comunicado. «Durante la noche, los ingenieros de Orbital (la empresa privada constructora del carguero) han llevado a cabo un análisis de los niveles de radiación, pero el equipo de Antares decidió posponer el lanzamiento y examinar en más detalle los posibles efectos de la radiación espacial en el cohete», ha añadido.
Mientras, la mancha AR 1944 se mantiene activa y con grandes dimensiones. Es posible que dentro de los próximos días veamos espectaculares imágenes de auroras provocadas por este fenómeno.
Fuente: ABC.es