TabbyStar: estudiando la estrella más rara del cielo
Porpor Néstor Espinoza*
¿Les suena el nombre “KIC 8462852”, o la “Estrella de Tabby” (Tabby’s Star, en inglés)? Probablemente no. Aún así, apuesto que sí recuerdan esa estrella que algunos medios dijeron hace algún tiempo podría tener una “megaestructura alienígena” orbitando a su alrededor. Pues bien, cualquiera sea la hipótesis, esta estrella es, en mi opinión, una de las más raras del cielo. Y ahora mismo, mientras leen esto, se están observando fluctuaciones raras en esta estrella nuevamente, luego de varios años sin actividad; ¿cómo sabemos?, ¿qué cosas “raras” hace?, ¿por qué es interesante?, y… ¿tiene esta estrella realmente una “megaestructura alienígena” orbitándola?
Tabby’s Star (oficialmente KIC 8462852) es una estrella que fue observada por la misión Kepler de manera casi continua desde el año 2009 hasta el 2013 (la misión fue capaz de medir el brillo de esta estrella con increíble precisión cada media hora… ¡por cuatro años!). El brillo en función del tiempo observado por la misión Kepler es bastante inusual; acá se los muestro (sacado directamente del trabajo liderado por Tabetha – “Tabby”, para los amigos – Boyajian, publicado el recién pasado año 2016):
Lo que se observa es que en un transcurso de cuatro años, el brillo de la estrella cambió erráticamente en los puntos que se encuentran enumerados en azul. En los puntos indicados por 1, 2, 3, 4 y 6, el brillo de la estrella varió muy poco; del orden de un 0.2% del brillo de ésta. Para que se hagan una idea, esto es similar al cambio de brillo que sucede en una ampolleta común si justo entre ustedes y la ampolleta pasara una pulga; es decir, prácticamente imperceptible para el ojo humano (nótese que, además, la estrella está a 1000 años luz de nosotros). En los puntos indicados por 5, 7, 8, 9 y 10, aún así, los cambios en brillo son más pronunciados; ¡el brillo de la estrella llega a caer en un 20% (similar al cambio de brillo que produce una pelota de ping-pong frente a la misma ampolleta en el ejemplo anterior)!
Aparentemente, los cambios de brillo observados en Tabby’s Star no parecen ser periódicos (es decir, no se repiten exactamente en el tiempo). De hecho, todos los cambios tienen formas ligeramente distintas y, en el transcurso de los cuatro años, ninguno parece repetirse exactamente. Esto es lo que nos dejó un poco perplejos a todos. Si fuese un planeta el que está orbitando esta estrella, por ejemplo, veríamos cambios periódicos en el brillo de la estrella: cada vez que el planeta pasara entre nosotros y la estrella, el brillo debería caer debido a que el planeta nos “tapa” parte de la misma (tal y cual pasa en la Tierra cuando vemos un eclipse solar, i.e., cuando la Luna se pone entre nosotros y el Sol). Además, la forma en la que cae el brillo debería ser siempre la misma, porque un planeta, por ejemplo, tiene una forma bien definida; también, el brillo debería caer simétricamente (es decir, cuando empieza a “caer” el flujo debería de ser similar a cuando empieza a “subir” el flujo), pero como se ve en la figura, las formas en las que cae y sube el flujo son totalmente extrañas.
Tal como se pregunta Tabetha y su equipo en el artículo que publicaron, nos preguntamos todos: ¿dónde está el brillo de la estrella (“Where is The Flux?”, o, como la llaman internamente…”WTF”?)?, ¿por qué varía así?, ¿qué se está “comiendo” la luz de esta estrella? Hay varias hipótesis. Las más plausibles son objetos como, e.g., cometas u otros objetos similares que estén actualmente fragmentándose. Estos objetos fragmentados podrían, justamente, provocar curvas asimétricas como las observadas, pues el polvo que van dejando dejaría una “cola” de material que se “comería” el brillo de la estrella de maneras similares a las observadas (i.e., observaríamos precisamente formas asimétricas en el brillo de la estrella). Además, como los cometas usualmente están lejos de las estrellas (los cometas en nuestro Sistema Solar, por ejemplo, están decenas de veces más lejos que la Tierra de nuestro Sol), eso explicaría por qué no vemos cambios de brillo periódicos con la misión Kepler: si los objetos están lejos, eso significa que demoran más en dar una vuelta a su estrella. En otras palabras, los cuatro años que la misión Kepler observó esta estrella quizá simplemente no fueron suficientes como para monitorear toda la vuelta que tenían que darse los cometas alrededor de su estrella madre y poder ver de nuevo el mismo decaímiento en el brillo de la estrella (los cometas de más corto periodo en nuestro Sistema Solar tardan del orden de 10-20 años en dar una vuelta nuestro Sol). Dentro de las hipótesis menos plausibles están la de una megaestructura extraterrestre; pero como el mismísimo Jason Wright (el que propuso esta ultima idea) advierte, esa idea debería usarse solo en última instancia. Hay muchas hipótesis (como las que mencioné) que son mucho más plausibles (tirón de orejas aquí para la prensa, que ha intentado venderle humo a la gente, literalmente, diciendo que Tabby’s Star es una megaestructura alienígena, o que es muy probable que lo sea, cuando en realidad la posibilidad de que lo sea es bien cercana a cero).
A estas alturas probablemente se están preguntando por qué estoy escribiendo una columna sobre este tópico si la estrella es “noticia vieja” (del año pasado). Pues sucede que muchos equipos han seguido monitoreando la estrella usando telescopios terrestres durante estos años (incluída la mismísima Tabetha Boyajian) y en estos últimos días la estrella volvió a mostrar actividad y, aparentemente, muy similar a la observada por Kepler. La actividad fue inicialmente alertada por astrofísicos españoles del Instituto de Astrofísica de Canarias, lo que motivó a seguir su brillo con distintos telescopios terrestres con mayor frecuencia en los ultimos días. Jason Wright, vía Twitter, nos comparte la siguiente imagen del brillo de la estrella en función del tiempo medido hasta ayer:
Los puntos de colores representan datos tomados por distintos telescopios: en negro, se muestra la forma observada hace cuatro años de uno de los cambios de flujo observados por la misión Kepler… ¡los datos se parecen mucho a lo observado hace cuatro años! Es decir, pareciese ser que, efectivamente, la señal observada podría ser periódica, lo que se estará confirmando en los próximos días. Las observaciones del próximo 26 de Mayo serán particularmente muy importantes: si se ve el mismo decaimiento del brillo de la estrella, entonces efectivamente podríamos decir que hemos encontrado el periodo del objeto que orbita esta estrella. Y no solo eso. Si se logra observar ese evento de disminución de brillo con distintos instrumentos (como se está intentando actualmente), esto incluso podría decirnos de que material es (o son) el (o los) objeto(s) que está orbitando a Tabby’s Star, debido a que la luz se comporta distinto con distintos materiales. Esto podría, por fin, ayudarnos a entender qué es lo que esta orbitando esta famosa y rara estrella (lo que posiblemente descartará la hipótesis de que sea una “megaestructura extraterrestre”); ¡a mantenerse atentos/as (especialmente en Twitter)!
*Néstor Espinoza – Astrónomo (PUC), Candidato a Doctor en Astrofísica (PUC) e Investigador del Instituto Milenio de Astrofísica (MAS) – twitter @nespinozap