Los rayos cósmicos desprenden mucha energía cuando chocan con el cuerpo humano. En el caso de los astronautas de la Estación Espacial Internacional, ellos están protegidos de este fenómeno porque se encuentran en la magnetósfera de la Tierra, que actúa como un escudo frente a las radiaciones. Algo que no tendrán quienes se aventuren al vecino Marte.
Si bien construir naves espaciales con una doble capa protectora puede que no sirva de mucho (nada se resiste a estos rayos), los expertos sugieren desarrollar tratamientos preventivos que protejan el cerebro.
Si lo que dicen los expertos es correcto, es posible que un astronauta que vuelva de Marte tenga dificultades para recordar su experiencia.