Peggy, la miniluna de Saturno que se sabe que existe, pero nadie ha logrado ver
Por¿Podremos finalmente ver a Peggy? Eso es lo que esperan los investigadores que estudian los esplendorosos anillos de Saturno, y que están tratando de tomar una fotografía de este objeto que saben que existe, pero que no pueden ver con claridad.
Esta miniluna lleva el nombre de la suegra de uno de los investigadores, Carl Murray, de la Universidad Queen Mary en Londres, y fue vista por primera vez en 2013, indirectamente. Desde entonces, los investigadores han seguido la pista de sus efectos sobre las partículas de hielo y polvo que la rodean. Sin embargo, no han podido hasta el momento obtener una imagen directa de Peggy y ya no queda mucho tiempo para hacerlo.
Despedida
La misión Cassini a Saturno llega a su fin en septiembre y cuando eso ocurra, la sonda se destruirá en la atmósfera del planeta gigante y llegará a su fin el flujo constante de imágenes de Saturno que se inició hace 13 años. Afortunadamente, Cassini pasará el tiempo que le queda volando cerca el planeta y su miniluna, en el llamado anillo A.
Tal es el interés alrededor de este pequeño objeto que la sonda recibirá la orden de tomar una última fotografía antes de desaparecer. «Peggy es un objeto muy interesante para la gente que trabaja en la misión e incluso para el público. Ha capturado su imaginación», señaló Murray.
Migración
El estudio de objetos como Peggy está en el corazón de las misiones espaciales multimillonarias. La inmensa banda de hielo y polvo que rodea Saturno es una versión en miniatura de la clase de discos que vemos alrededor de nuevas estrellas lejanas. Es en estos discos en los que se forman los planetas, así que entender los procesos y comportamientos que dan origen a objetos como Peggy arrojarán luz sobre cómo se forman nuevos mundos. Es un modelo que incluso podría explicar cómo se formó nuestro Sistema Solar.
«Peggy está evolucionando. Su órbita está cambiando con el tiempo«, señala Murray. «A veces se aleja, a veces se acerca unos kilómetros. Y esto es lo que creemos que pasa con los protoplanetas en estos discos astrofísicos. Interactúan con otros protoplanetas y con el material en el disco, y migran, se trasladan».
«Eso es lo que vemos cuando miramos exoplanetas que orbitan alrededor de otras estrellas: algunos no pudieron haberse formado en los lugares en los que los vemos ahora, tienen que haber migrando en algún momento».
Por casualidad
Peggy fue descubierta por azar. Murray estaba utilizando la sonda Cassini para obtener una imagen de Prometeo, una luna mucho más grande vinculada al anillo F. Tras lograrlo, una mancha en el fondo de 2.000 km de largo le llamó la atención. Eso fue el 15 de abril de 2013 (el día del cumpleaños de su suegra). Una revisión de las imágenes de archivo mostró que esta mancha estaba presente desde hace un año.
Peggy tiene un ancho de menos de 5 km. Por ello, para generar una gran mancha, tiene que haber estado involucrada en una colisión que creó una nube de hielo y polvo. Si las minilunas son los suficientemente grandes, pueden crear un espacio en los anillos de Saturno. Pero objetos pequeños como Peggy solo producen alteraciones en las bandas de partículas que el planeta tiene a su alrededor.
¿Una o dos?
Debido a lo pequeño del objeto y la resolución de la cámara en la sonda (cerca de 5 km por pixel), sólo se ha podido obtener evidencia indirecta de la presencia de la miniluna. Pero esto cambiará en los próximos meses a medida que Cassini se acerca a Peggy. Con una resolución de 1 o 2 km por pixel, las imágenes podrían confirmar una posibilidad intrigante: que Peggy sean dos objetos en vez de uno.
En 2016 los investigadores vieron detrás de Peggy otro objeto «más tenue, en el sentido de que deja una impronta más débil. Y, cuando miramos los recorridos de ambos objetos nos dimos cuenta de que a principios de 2015 tendrían que haberse encontrado», comenta Murray. «Así que, probablemente, Peggy ‘B‘, como la llamamos, viene de una suerte de colisión como la que hace que Peggy cambie de órbita, pero, más que un simple encuentro que modificó levemente la órbita, esto fue más importante».
Masa, clave para determinar la antigüedad
Según Linda Spilker, investigadora de la NASA e integrante del equipo de la misión Cassini, la maniobra de acercamiento de la sonda al final de su misión también servirá para determinar una propiedad clave de los anillos de Saturno: su masa. «La masa de los anillos es incierta en un 100%. Si en verdad tienen una masa mayor, puede que sean muy antiguos, tan antiguos como Saturno. Si es menor, puede que sean muy jóvenes. Quizá tan solo tengan 100 millones de años», señala Spilker.
La edad es importante en esta idea de que los anillos o discos son el medio en el que se forman los objetos. Algunas de las lunas de Saturno, incluso varios de sus satélites más grandes, emergieron probablemente acumulando material a su alrededor y comportándose, al menos en las primeras fases de sus desarrollo, de la misma manera que Peggy.
Pero crear lunas toma tiempo, y si el satélite más grande de Saturno surgió en el mismo proceso, quiere decir que el sistema de anillos es, de hecho, muy antiguo.
Fuente: bbc mundo