Los parecidos de Star Wars con la realidad
PorCuando se estrenó Star Wars, el Despertar de la fuerza, la NASA aprovechó la oportunidad para demostrar que ahora más que nunca la realidad puede superar a la ficción, compartiendo así un recopilatorio de las semejanzas entre el imaginario de la galáctica saga y el universo real de la exploración espacial.
El astronauta Kjell Lindgren creó su propia versión del póster de la película desde la Estación Espacial Internacional (ISS) con sus compañeros disfrazados de Jedi. Además, cuando volvió a la Tierra, el astronauta se percató del sorprendente parecido de la cúpula de la estación con la cabina de mando de un caza estelar TIE.
Pero estos parecidos van más allá de la mera apariencia, son ingeniería real. La NASA utiliza motores iónicos – las siglas TIE se refieren a «doble motor iónico» en inglés – en naves como Dawn, que actualmente está orbitando el planeta enano Ceres y lleva tres de estos motores.
Entre todos los robots que exploran el Sistema Solar, es Robonaut 2 el que más se parece a R2 para los fans de la galáctica saga. Este robot se envió al espacio en 2011 y trabaja en el ISS encargándose de las tareas potencialmente peligrosas para los humanos. La cara de la versión anterior se parecía más al cazarrecompensas Boba Fett.
En la estación también hay un «androide» inspirado por la saga. En 1999, el profesor David Miller, del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) y ahora Director Tecnológico de la NASA, les puso la película de 1977 a sus alumnos y, tras ver la escena en la que Luke Skywalker aprende a manejar el sable láser con un droide volador manejado por control remoto en el Halcón Milenario, Millner les pidió a sus alumnos que construyeran uno como ese.
El resultado se llamó SPHERES, y originalmente se diseñó para testear las maniobras de acoplamiento de las naves. Ahora, este mini-satélite puede manejarse a través de smartphones.
Las naves espaciales y los telescopios a veces descubren cosas que parecen sacadas directamente del Universo Star Wars. Por ejemplo, una de las lunas de Saturno, Mimas, se parece mucho a la Estrella de la Muerte. Es el cráter Herschel lo que le hace tener esa semejanza con la estación Imperial.
Las semejanzas entre la realidad y la ficción no acaban aquí. Muchos de los planetas inventados de La Guerra de las Galaxias tienen su «doble» en la vida real: hay un planeta helado apodado Hoth, otro que podría parecerse a Kamino, el mundo acuático donde se creó el Ejército Clon para la República, y otro planeta que podría ser el suplente del volcánico Mustafar.
Y la coincidencia más asombrosa la descubrió la misión Kepler: un planeta con dos soles, como el ficticio Tatooine, donde Luke Skywalker observaba el doble atardecer. El descubrimiento de Kepler-16b, como se bautizó al planeta, supuso un hito, ya que, según el investigador William Borucki, esto significa que las oportunidades para la vida son mucho mayores que en los planetas con una única estrella.
Fuente: elmundo.es