Lo realmente inexplicable

Por

Por Carlos Otto*

Sobre el origen del universo y la vida, básicamente existen dos teorías: la creacionista, basada en el libro Génesis de la biblia; y la científica, basada por supuesto, en el método científico. Repasemos rápidamente cada una:

Teoría creacionista:

– Un ser superior creó el universo en 6 días, hace aproximadamente 10,000 años.

– La Tierra es un poco más joven que el universo. Fue modificada por un gran diluvio.

– El hombre y las especies fueron creados directamente por el mismo ser superior.

– Todos los organismos vivos se crearon al mismo tiempo, hace 10,000 años.

Teoría científica:

– El universo tiene 13,798 millones de años de edad y se está expandiendo.

– Se creó a partir de una gigantesca explosión que transformó energía pura en materia organizada.

– La Tierra se formó lentamente hace 4,54 millones de años por condensación y atracción gravitacional de partículas espaciales.

– La vida se formó a partir de interacciones moleculares que evolucionaron en microorganismos y éstos en organismos cada vez más complejos, durante millones de años.

– El hombre moderno u Homo Sapiens tiene 200,000 años de antigüedad.

Si usted es una persona muy religiosa, probablemente se quedará con la primera. Su fe es demasiado grande como para que la ciencia lo haga dudar. El 40% de la población de Estados Unidos, incluidos parlamentarios del congreso, abraza esta teoría.

Si usted es religioso moderado, probablemente trate de congeniar ambas, argumentando que al momento en que se escribió la biblia la ciencia no estaba tan avanzada. El texto, por ende, es un conjunto de metáforas que deben ser interpretadas adecuadamente y no como hechos literales. El mismo Vaticano eligió esta cómoda postura.

Si usted es una persona agnóstica, la teoría creacionista le parecerá bastante ridícula y la rechazará enérgicamente.

El debate “ciencia versus religión” se ha hecho cada vez más presente por el vertiginoso avance de los descubrimientos científicos en los últimos 100 años, y por la infinita cantidad de información que la humanidad puede compartir hoy en día.

Pero irónicamente, creacionistas y científicos buscan lo mismo: explicaciones. Entonces, el debate “fe contra ciencia” cobra poco sentido si nos centramos en tratar de explicar lo que realmente no podemos explicar.

En muchos casos, ciencia y religión podrían converger sin esfuerzo. Se sabe exactamente qué ocurrió 0,0000000000000000000000000000000000000000001 segundos después del Big Bang, sin embargo, no estamos ni remotamente cerca de saber que había antes de eso. La medicina puede explicar muy bien cómo funciona el corazón humano, pero tampoco está ni remotamente cerca de explicar cómo es que dichas células se organizaron de forma tan perfecta y maravillosa.

En resumen, no es necesaria una fe vehemente para aceptar la posibilidad de que existe un ser superior (¡o un ser superior al superior!). El mismo Einstein decía que mientras más estudiaba física,” más se acercaba a dios”.

Entonces, si hay puntos tan obvios donde la espiritualidad puede contribuir al avance científico, ¿porqué entorpecer el diálogo insistiendo en que los dinosaurios coexistieron con los humanos, o que la Tierra y el universo se crearon mágicamente al mismo tiempo?

Partamos por informarnos. Por mientras, les dejo este interesante video donde se derriban algunos mitos sobre la teoría de la evolución (ojo, se pueden activar los subtítulos).

*Carlos Otto – Ingeniero Eléctrico USACH, Intérprete aficionado de Ukelele, Profesor de Física, Guitarrista Rítmico en FHT y Astrónomo frustrado.

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