En el corazón de la nebulosa Roseta hay un brillante cúmulo abierto de estrellas que iluminan la nebulosa. Las estrellas de NGC 2244 se formaron a partir del gas que las rodeaba hace sólo unos pocos millones de años. La imagen, tomada en enero mediante múltiples exposiciones y unos colores muy específicos para el azufre (rojo oscuro), el hidrógeno (verde) y el oxígeno (azul), capta la región central en gran detalle.
Desde las estrellas del cúmulo fluye un viento caliente de partículas que contribuye a la ya compleja acumulación de filamentos de gas y de polvo mientras, lentamente, se evacua el centro del cúmulo. El centro de la nebulosa Roseta tiene unos 50 años luz de diámetro, se encuentra a unos 4.500 años luz de distancia en la constelación del Unicornio (Monoceros).
Crédito de la Imagen: Don Goldman
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