El secreto de la galaxia solitaria
PorSe llama WLM y forma parte de nuestro vecindario local de galaxias. Sin embargo, viaja muy alejada de los restantes miembros del grupo, como si se hubiera quedado aislada o se tratara de una tribu en lo más profundo de la selva amazónica que nunca hubiera contactado con nuestra civilización. WLM es una galaxia pequeña, carece de una estructura definida y sus cerca de 8.000 años luz de diámetro la hacen palidecer ante nuestra propia galaxia, la Vía Láctea (cuyo diámetro supera los 50.000 años luz), y los otros dos miembros dominantes del grupo local, Andrómeda y la Galaxia del Triángulo. Sin embargo, y precisamente debido a su aislamiento, WLM guarda en su interior los secretos de la naturaleza primordial de las galaxias.
Los astrónomos están convencidos de que fueron precisamente estas galaxias primitivas las que, interactuando unas con otras y fusionándose entre sí a lo largo del tiempo, dieron lugar a las galaxias mayores y más complejas, como la nuestra. Durante miles de lillones de años, estos procesos de fusión fueron, en efecto, «construyendo» las grandes galaxias espirales y elípticas que hoy pueblan en Universo. Las galaxias que se unen de esta forma recuerdan al modo en que las poblaciones humanas se han ido fusionando a lo largo de miles de años para dar lugar a asentamientos cada vez mayores y, por último, a nuestras modernas mega ciudades.
Pero WLM es una excepción a esta regla, y ello a pesar de encontrarse a sólo tres millones de años luz de nosotros. Esta pequeña galaxia, de hecho, se ha desarrollado por su cuenta, y muy lejos de la influencia de otras galaxias y de sus poblaciones estelares. Por eso, y lo mismo que una población humana que nunca hubiera contactado con extraños, WLM representa un «estado de la naturaleza» prácticamente puro y si perturbaciones externas que modifiquen o alteren su desarrollo. Allí, los cambios han ido sucediendo cada uno en su momento a lo largo de su extensa vida, y esos cambios se han producido, además, de una forma totalmente independiente de lo que sucedía alrededor.
Astros aún más antiguos
Esta pequeña galaxia cuenta con un extenso halo de estrellas rojas muy tenues, que se extiende hacia el exterior y termina por fundirse suavemente con en la negrura del espacio circundante. El color rojo de las estrellas de halo indica que se trata de astros de una enorme antiguedad, quizá incluso más antiguas que la propia galaxia. Y eso da muchas pistas sobre la forma en que pudieron llegar a formarse las primeras galaxias en el pasado remoto del Universo.
Las estrellas de la región central de WLM, sin embargo, son azules y brillantes, lo que es un indicativo de su juventud. Tanto los tonos rojizos del halo galáctico como los azulados de su centro son perfectamente visibles en esta imagen, obtenida con la OMEGACAM del Very Large Telescope (VLT), del Observatorio Europeo del Sur (ESO) en Chile.
Fuente: ABC.es