Finalmente ocurrió lo que se temía. El suministro de helio líquido del telescopio Herschel de la Agencia Espacial Europea (ESA) se terminó, poniendo fin así a su actividad, según anunciaron los responsables de la misión a través de twitter.

Ya en marzo se había alertado sobre la posibilidad de que la actividad de Herschel podría terminar en cualquier momento, apenas se agotara el suministro de helio líquido refrigerante, que es el que posibilitaba el funcionamiento de sus instrumentos. El combustible ahora casi ha desaparecido y ya se envió la orden final de apagado.

Herschel era considerado el telescopio infrarrojo más grande enviado al espacio y fue lanzado en mayo de 2009 con el propósito de estudiar el universo frío, que son esas regiones de gas y polvo que no son lo sufiencientemente calientes como para emitir radiación de luz visible a nuestros ojos. Fue el primero en cubrir todo el rango en la longitud de onda que va desde el infrarrojo lejano hasta el submilimétrico, gracias a lo cual fue posible estudiar esas regiones y entregar nuevos conocimientos sobre el origen y la evolución de las estrellas y las galaxias.

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