De Newton a Neil Armstrong: 4 frases famosas que realmente nunca se dijeron
PorAunque Facebook y similares han contribuido a la difusión de citas falsamente atribuidas a personalidades, este tipo de tergiversación no es nuevo y puede encontrarse incluso en viejos libros de historia. A continuación, cuatro frases de cuatro personajes que se han vuelto muy famosas, pero que no pueden ser tomadas como verdaderas.
1. Lo que le achacan a Voltaire
«No estoy de acuerdo con lo que dice, pero defenderé hasta la muerte su derecho a decirlo».
Sí, la frase anterior bien podría representar las opiniones del filósofo de la Ilustración francesa François-Marie Arouet, mejor conocido como Voltaire (1694-1778). Lástima que nunca fuera dicha por él.
Como afirman los historiadores Paul F. Boller Jr. y John H. George en «They Never Said It: A Book of Fake Quotes, Misquotes and Misleading Attributions» (Ellos nunca lo dijeron: Libro sobre falsas y erróneas citas y atribuciones engañosas), esta frase, que se convirtió en la máxima del derecho a la libertad de expresión, fue inventada por la escritora inglesa Evelyn Beatrice Hall (1868-1956), en su libro de 1906 The Friends of Voltaire (Los amigos de Voltaire), una biografía del filósofo.
En 1935, la propia Hall se refirió al asunto. «Nunca pretendí afirmar que Voltaire hubiera utilizado exactamente esas palabras y me sorprendería mucho que esa frase se encontrara en alguna de sus obras», respondió la biógrafa.
2. Por culpa de una interferencia
«Un pequeño paso para el hombre, un gran salto para la humanidad»
Aquí la culpa es de la tecnología. Y el propio astronauta Neil Armstrong (1930-2012) llegó a dar explicaciones en entrevistas, pero el error estaba ya tan extendido que no hubo manera de evitarlo: así pasó a la historia la primera declaración de un ser humano al pisar la Luna.
Lo que ocurre es que el sentido de la frase, tal y como acabó pasando a la historia, compromete la idea de contraste planeada por su autor, Armstrong. Estaba contrastando la humanidad colectiva con la hazaña de un solo individuo. Afirma que habría dicho «Un pequeño paso para un hombre» (enfatizando el sentido individual solitario), y no para «el hombre», que, en este sentido, parece tener el mismo sentido de humanidad. Según diría más tarde el astronauta, el malentendido se debió a la estática de la transmisión.
3. Creando una leyenda negra
«Si no tienen pan, que coman pasteles»
Según la versión más conocida, la reina María Antonieta (1755-1793), al ser informada de que el pueblo francés se moría de hambre y ni siquiera tenía pan, habría dicho esta insensible frase. Pero todo apunta a que fue una invención, creada para reforzar la reputación negativa de la monarca entre la población de la época. El historiador Jacques Barzun (1907-2012) dijo en una ocasión que esta historia -o variaciones de la misma- circulaba por Europa como una vieja broma mucho antes de que naciera María Antonieta.
La frase se habría eternizado gracias al libro «Las Confesiones», del filósofo francés Jean-Jacques Rousseau (1712-1778). En el sexto volumen de la obra autobiográfica, Rousseau cuenta que, en un momento dado, quiso pan para acompañar un poco de vino. «Al fin recordé la historia de una gran princesa a la que le dijeron que los campesinos no tenían pan, y ella respondió: ‘que coman pasteles». No menciona el nombre de tal noble.
Pero podría no ser Antonieta, ya que aunque «Las Confesiones» no se publicaron hasta 1782 (después de la muerte del autor), los textos fueron escritos en la década de 1760, cuando la futura reina de Francia era aún una niña.
4. Una versión mejorada
«Si he visto más lejos, es por haberme subido a hombros de gigantes»
Isaac Newton (1641-1727), ¿verdad? Es cierto que el gran físico inglés, que pasó a la historia como el que formuló la ley de la gravedad, escribió esa modesta frase, pero no fue su idea original.
Como señalan los historiadores Boller y George, Newton utilizó la frase en una carta a su colega científico Robert Hook (1635-1703). Resulta que la misma idea aparecía en el libro «La anatomía de la melancolía», publicado antes del nacimiento de Newton por el científico inglés Robert Burton (1577-1640). Y el padre de la teoría de la gravedad conocía la obra de Burton.
«Los pigmeos apoyados en los hombros de los gigantes ven más que los propios gigantes», era la frase original. Que ni siquiera era tan original. Según Boller y George, hay construcciones similares tanto en obras del siglo XII como en textos del siglo VI. En otras palabras: como dice la propia frase, hubo oleadas de autores que se basaron en oleadas de gigantes desde antes…
Fuente: BBC Mundo