Un cometa que parece venir de otro sistema solar intriga a los astrónomos
PorUn enigmático astro descubierto el pasado 30 de agosto desde un observatorio de Crimea es, con toda probabilidad, un cometa de origen interestelar que se está acercando a la región interior del sistema solar, según ha informado la Unión Astronómica Internacional (UAI) en un comunicado.
Se ignora de qué estrella procede. Las observaciones realizadas en las dos últimas semanas por astrónomos de todo el mundo indican que tiene un núcleo activo del que se desprenden gases y polvo, lo que es una “confirmación de la naturaleza cometaria” del astro, señala la UAI.
Los primeros cálculos de su órbita, aún preliminares, indican que viene de fuera del sistema solar y que va demasiado rápido para ser atrapado por la gravedad del Sol, por lo que regresará al espacio profundo tras pasar junto a la estrella a mediados de diciembre. El astro, provisionalmente llamado C/2019 Q4, tendría por lo tanto “un origen interestelar”, añade la UAI.
No hay riesgo de que el cometa, que parece tener unos 10 kilómetros de diámetro, choque contra el Sol ni contra la Tierra. El análisis de su órbita indica que ahora se encuentra a unos 400 millones de kilómetros del Sol y que en el momento de máxima aproximación se acercará a unos 300 millones de kilómetros, o el doble de la distancia entre el Sol y la Tierra.
“Estamos trabajando para obtener más observaciones de este objeto inusual”, declara en un comunicado Marco Michelli, de la Agencia Espacial Europea (ESA), quien señala que el origen interestelar del cometa está pendiente de confirmación.
“La velocidad del cometa […] es muy superior a las velocidades típicas de los objetos que orbitan alrededor del Sol a esa distancia”, señala en otro comunicado difundido por la NASA Davide Farnocchia, astrónomo del Laboratorio de Propulsión a Chorro en California. “La alta velocidad indica no sólo que el objeto probablemente se originó fuera de nuestro sistema solar, sino también que se marchará y se dirigirá de nuevo al espacio interestelar”.
Pendiente de confirmación
La naturaleza interestelar del cometa está pendiente de confirmación definitiva a la espera de calcular su órbita con más precisión De confirmarse que C/2019 Q4 procede de otro sistema solar, sería el segundo astro de este tipo que se descubre después de Oumuamua, que llegó en 2017. Pero mientras Oumuamua se detectó cuando ya se estaba alejando del Sol y sólo pudo observarse durante unos días, C/2019 Q4 aún se está acercando y “debería ser observable durante por lo menos un año”, señala la UAI en el comunicado, lo que permitirá estudiarlo mejor.
En el caso de Oumuamua, no se observó que se desprendieran gases del núcleo, por lo que está en cuestión si era un cometa o un asteroide. Por el contrario, C/2019 Q4 “es definitivamente un cometa”, ha tuiteado Karl Battams, astrofísico del Laboratorio de Observación Naval de EE.UU. “Si es inequívocamente interestelar, será fascinante comparar su composición con la variedad que vemos en cometas de nuestro propio sistema solar”.
Desde que fue descubierto el 30 de agosto por Gennady Borisov desde el Observatorio Astrofísico de Crimea, se ha iniciado una intensa campaña de observación del astro. Tanto la ESA como la NASA han priorizado su estudio en el marco de sus programas de asteroides y cometas, y cientos de astrónomos han aportado observaciones para precisar las características de C/2019 Q4.
Con los datos disponibles hasta ahora, el cometa parece estar viajando a unos 40 kilómetros por segundo. Observaciones realizadas por un equipo de la Universidad de Hawái sitúan su diámetro entre 2 y 16 kilómetros.
“Aún hay algo de incertidumbre respecto a la trayectoria de este interesante objeto”, advierte la ESA en su comunicado. En estos momentos, el cometa sólo se puede observar durante unos 20 minutos al día al anochecer. El hecho de que esté cerca del sol en el cielo y bajo sobre el horizonte “afecta negativamente a la calidad de las observaciones”, señala la ESA.
En las próximas semanas aparecerá más alto en el cielo y hasta más entrada la noche, lo que permitirá ampliar las observaciones, precisar su órbita, calcular qué día pasará más cerca del Sol y confirmar si es de origen interestelar.
“El brillo del objeto será máximo a mediados de diciembre y podrá continuarse observando con telescopios de tamaño moderado hasta abril del 2020”, declara Davide Farnocchia, astrónomo del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA. “Después, sólo se podrá observar con telescopios profesionales más grandes hasta octubre del 2020”.
Fuente: lavanguardia.com