Como el agua está compuesta por hidrógeno, es -según los expertos- un excelente material de protección de los rayos cósmicos galácticos. Estos rayos son uno de los mayores peligros a los que se enfrentarán los humanos en Marte, pues pueden atravesar la piel y células del cuerpo, lo que lleva a un mayor riesgo de desarrollar cáncer o alguna enfermedad aguda relacionada con la radiación.
Además de ofrecer la protección necesaria, una casa de hielo tiene la ventaja de que permite el paso de la luz; lo que ayudará a que los humanos no se sientan en una cueva y no vean afectado su reloj biológico.
El reto ahora es elegir el resto de los materiales que soporten años de condiciones extremas en la atmósfera marciana y calcular la cantidad de agua que podrán extraer del subsuelo para crear ese escudo protector helado.