La manzana de Newton y Física Itinerante: ¡la ciencia en manos de todos!
Porpor Néstor Espinoza*
Desde intentar entender las hermosas imágenes astronómicas que a muchos nos enamoraro,n hasta por qué un avión es capaz de mantenerse en el aire, es una tarea que emociona a la mayoría de las personas. Muchos (por no decir todos) de los “¡ahh!” y “¡ooh!” que aparecen al entender estos fenómenos vienen de la física: un lenguaje que suena lógico a la mayoría de la gente cuando es bien explicado. Aún así, la física por años ha sido una de las materias más temidas en los colegios: ¿a que se debe esta disyuntiva? Yo creo que se debe a que muchas veces se sobrevalora la explicación “de pizarrón”. Física Itinerante, un grupo de estudiantes de la Facultad de Física de la PUC, justamente buscar ayudar a romper este esquema: ¡esto y más, en la columna de hoy!
Estoy seguro que Newton no partió corriendo a su pizarra cuando, según la leyenda, le cayó la manzana en la cabeza. Probablemente razonó mediante “causa y efecto”: si la manzana cayó, “algo” la “obligó” a hacerlo. Más aún, la manzana al golpearlo le transfirió “algo” a Newton: energía (lo que probablemente estimó de acuerdo al cototo que le haya dejado la manzana en la cabeza)… ¿de dónde viene esa energía? Para tratar de contestar estas preguntas, lo siguiente que supongo Newton hizo fue intentar variar el experimento: ¿qué pasa si en vez de una manzana dejo caer una tabla o una mesa?, ¿caerá más rápido si lo lanzo desde una altura mayor?, ¿qué tienen en común estos objetos?, ¿por qué todos son “atraídos” hacia la Tierra?, ¿la Luna también sentirá esta “atracción”?
Lo anterior suena como el paso lógico a seguir. Aún así, fuimos formulando más preguntas que respuestas (¡bienvenidos a la ciencia!). De hecho, si vuelven a releer lo anterior, hasta ahora hemos seguido el razonamiento científico típico. El detalle es que a Newton no se le hubiesen ocurrido todas esas preguntas sin una manzana inicial, sin algo que lo hiciese prender esa llama de la curiosidad. Noten que, además, aún no hemos ocupado ninguna ecuación: ¡no han sido necesarias! Desde mi punto de vista, ese es el gran problema al tocar la física en el aula: cuando uno le pregunta al común de los estudiantes de colegio sobre física, en lo primero que piensan es en una pizarra con muchas ecuaciones, en reemplazar valores en ellas y en poner las unidades adecuadas. El problema es que todo eso debiese ser el efecto de una causa. La causa: la curiosidad por saber el detalle de los experimentos. Si esto es así… ¿dónde está la manzana?
Sobre el por qué pasa lo que expliqué anteriormente en el aula, es una discusión que dejaré abierta. Los profesores sin duda ya la tienen bastante difícil con el currículum nacional, el que les exige, muchas veces, más de lo que es posible hacer en las pocas horas que se le destinan a la ciencia en los colegios de Chile. Aún así, hoy en día existen herramientas para ayudar a re-encantar con la ciencia a grandes y chicos. En particular, hoy quería hablar sobre Física Itinerante, una iniciativa que nace el año 2005, en la Facultad de Física de la Pontificia Universidad Católica de Chile (PUC), formada por estudiantes a los que les motiva hacer llegar esta ciencia, la que se comparte, que se indaga y “curiosea” a las aulas de los colegios de Chile. La idea es poder ayudar a los profesores de ciencia en esta ardua tarea de mostrar “la ciencia de verdad”, esa ciencia que a uno lo hace quedarse niño de por vida. Esa ciencia que a uno lo obliga a preguntarse “por qué”: esa ciencia que uno puede “saborear”.
Actualmente el grupo tiene cuatro proyectos principales: la entrega de Maletines Científicos a colegios de bajo recurso científico, que buscan ayudar con material didáctico a colegios que no poseen recursos para invertir en laboratorios de ciencia. El proyecto Bling Bling Universe, que consiste en talleres y guías de astronomía y astrofísica que permiten a estudiantes y profesores el trabajar con datos reales y de punta en astronomía (¡detallaré este interesante proyecto en mi próxima columna!); las Capacitaciones de Física Itinerante, orientadas a capacitar y actualizar a profesores de ciencia en Física y Astronomía y, finalmente, las Ferias Itinerantes, las que consisten en ferias que se montan en comunidades y colegios donde se hace una muestra de experimentos simples de física, donde los asistentes tienen, justamente, la tarea de explicar en conjunto el por qué suceden los distintos fenómenos en cada experimento.
Este último proyecto (las Ferias Itinerantes) es justamente el proyecto estrella del grupo (y es el motivo por el cual el grupo lleva el nombre que tiene). Y es que estas ferias vienen a ser las manzanas que golpean a los asistentes y hay un montón de experimentos simples que el grupo hace en colegios a los que van “itinerando”. Uno de los clásicos se puede realizar si se tiene una lata de bebida, un bowl con agua fría y una cocinilla a mano. La idea es que es posible hacer “implotar” la lata sin mucho esfuerzo: se llena con un poco de agua la lata (un meñique de altura), se calienta la misma en la cocinilla y luego, cuando vemos que el agua hierve, cuidadosamente (¡y con guantes, por supuesto!), se da vuelta la lata en el bowl con agua fría y…¡la lata implota! ¿Por qué? Pues bueno, yo cumplí con pegarles con la manzana: ¡echen a volar su imaginación y respóndanme ustedes con lo que creen que sucede!
¿Te interesa más información sobre esto?
Capacitaciones de Física Itinerante
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*Néstor Espinoza – Astrónomo (PUC), Candidato a Doctor en Astrofísica (PUC) e Investigador del Instituto Milenio de Astrofísica (MAS) – @nespinozap